Que no sólo de pan vive el hombre ya lo sabemos todos… sin embargo había algunos sectores de la vida más cotidiana que se han subido al tren del diseño más tarde que otros.
Estamos hablando del sector de la alimentación, también llamado ahora el “gourmet”.
Hace un par de semanas pudimos asistir a la última edición de el Salón Intenacional del Club del Gourmets en Ifema.. y lo que allí hemos visto nos ha hecho reflexionar para analizar cómo se están renovando estos productos en su imagen y su forma de comunicar.
La sorpresa es que las marcas han realizado apuestas muy serias en cuanto a su forma de cuidar el diseño del packaging y su imagen de marca.
Y como muestra hemos escogido un vino, una sal, un chocolate, un aceite y una pasta.
Con todo ello podríamos hacer una comida exquisita para nuestro paladar pero además podríamos decorar nuestra cocina o incluso nuestro estudio.
Comenzamos con la sal… Un producto imprescindible para una buena comida y sin embargo, que pasa desapercibido. Normalmente somos conscientes de ella cuando falla por exceso o por defecto… sin embargo, Sal de San pedro y SOSO FACTORY han creado dos línea de sales aromáticas sorprendentes. Con un packaging limpio y de diseño perfecto han sabido conjugar a la perfección la calidad del producto y el gusto estético.
Sus productos, sal marina y flor de sal está elaborado con la materia prima del parque natural de las Salinas de San Pedro en Murcia… un lugar con solera ya que las salinas fueron creadas en el 1878.
Una pasta… con denominación de origen española…Sandro Desii es una marca que nos ha sorprendido por su alta gama de calidad en sus productos y por sus “copys”… El punto de humor imprescindible para aportar la diferencia en el producto.
De nuevo limpieza de formas y apuesta directa por la elegancia.
Olicatessen, con este nombre se entiende que es mucho más que aceite. Es una empresa familiar con personas agradables que transmiten su buen hacer a sus productos. Desde los campos de Lleida respetan la cultura del mediterráneo con una gama de delicatessen que van desde el aceite de oliva virgen hasta el jabón pasando por las olivas. Un tipo de olivas muy diminutas y sabrosas. Sus colores elegidos, en verdes y negros potencian las características ecológicas y naturales del producto.
Un vino... o mejor dos. Comenzamos con un ÀN2 de la bodega mallorquina Ánima Negra, cuya etiqueta y diseño nos cautiva por su sencillez y contundencia. Hemos de decir que no todos sus vinos poseen la mismas calidad gráfica, al menos a nuestro modo de ver. Sin embargo, el negro sobre rojo de la etiqueta aparentemente sencilla del AN2 nos cautiva tanto como su contenido. Y del manto negro nos vamos a la Mencía del Bierzo. Una copa del Pittacum, en barrica de roble. Con una etiqueta sugerente y limpia en formas es la carta de presentación perfecta para un vino espectacular.
Y como postre, qué mejor que el chocolate. Esta vez de la mano de un creativo publicitario transformado en maestro chocolatero gracias a "Chocolate Organiko". Con varios premios de calidad a sus espaldas ha conseguido crear una imagen de marca propia que le diferencie. Su última aventura, colaborar con el ilustrador Santiago Morilla, para que le realizara unas piezas exclusivas que van acompañando las latas de bombones y las tabletas.
En definitiva, todo un placer en más de un sentido.
Estamos hablando del sector de la alimentación, también llamado ahora el “gourmet”.
Hace un par de semanas pudimos asistir a la última edición de el Salón Intenacional del Club del Gourmets en Ifema.. y lo que allí hemos visto nos ha hecho reflexionar para analizar cómo se están renovando estos productos en su imagen y su forma de comunicar.
La sorpresa es que las marcas han realizado apuestas muy serias en cuanto a su forma de cuidar el diseño del packaging y su imagen de marca.
Y como muestra hemos escogido un vino, una sal, un chocolate, un aceite y una pasta.
Con todo ello podríamos hacer una comida exquisita para nuestro paladar pero además podríamos decorar nuestra cocina o incluso nuestro estudio.
Comenzamos con la sal… Un producto imprescindible para una buena comida y sin embargo, que pasa desapercibido. Normalmente somos conscientes de ella cuando falla por exceso o por defecto… sin embargo, Sal de San pedro y SOSO FACTORY han creado dos línea de sales aromáticas sorprendentes. Con un packaging limpio y de diseño perfecto han sabido conjugar a la perfección la calidad del producto y el gusto estético.
Sus productos, sal marina y flor de sal está elaborado con la materia prima del parque natural de las Salinas de San Pedro en Murcia… un lugar con solera ya que las salinas fueron creadas en el 1878.
Una pasta… con denominación de origen española…Sandro Desii es una marca que nos ha sorprendido por su alta gama de calidad en sus productos y por sus “copys”… El punto de humor imprescindible para aportar la diferencia en el producto.
De nuevo limpieza de formas y apuesta directa por la elegancia.
Olicatessen, con este nombre se entiende que es mucho más que aceite. Es una empresa familiar con personas agradables que transmiten su buen hacer a sus productos. Desde los campos de Lleida respetan la cultura del mediterráneo con una gama de delicatessen que van desde el aceite de oliva virgen hasta el jabón pasando por las olivas. Un tipo de olivas muy diminutas y sabrosas. Sus colores elegidos, en verdes y negros potencian las características ecológicas y naturales del producto.
Un vino... o mejor dos. Comenzamos con un ÀN2 de la bodega mallorquina Ánima Negra, cuya etiqueta y diseño nos cautiva por su sencillez y contundencia. Hemos de decir que no todos sus vinos poseen la mismas calidad gráfica, al menos a nuestro modo de ver. Sin embargo, el negro sobre rojo de la etiqueta aparentemente sencilla del AN2 nos cautiva tanto como su contenido. Y del manto negro nos vamos a la Mencía del Bierzo. Una copa del Pittacum, en barrica de roble. Con una etiqueta sugerente y limpia en formas es la carta de presentación perfecta para un vino espectacular.
Y como postre, qué mejor que el chocolate. Esta vez de la mano de un creativo publicitario transformado en maestro chocolatero gracias a "Chocolate Organiko". Con varios premios de calidad a sus espaldas ha conseguido crear una imagen de marca propia que le diferencie. Su última aventura, colaborar con el ilustrador Santiago Morilla, para que le realizara unas piezas exclusivas que van acompañando las latas de bombones y las tabletas.
En definitiva, todo un placer en más de un sentido.
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